domingo, 25 de octubre de 2009

Agentes Químicos Ambientales y Problemas Reproductivos Masculinos

Fuente: http://www.jano.es/

JANO.es · 23 Octubre 2009 10:16

Compuestos en alimentos grasos, pinturas, plastificantes y pesticidas reducen la calidad del semen e incrementan las anormalidades genitales congénitas


Los agentes químicos disruptores endocrinos ambientales (EDC, por sus siglas en lengua inglesa), compuestos que se encuentran comúnmente en alimentos grasos, pinturas, plastificantes, pesticidas, y derivados de procesos industriales, incrementan significativamente la tasa de problemas reproductivos masculinos, según concluye un estudio llevado a cabo por investigadores de la Universidad Técnica de Dinamarca en Lyngby (Dinamarca) y publicado en la edición digital de la revista International Journal of Andrology (doi:10.1111/j.1365-2605.2009.00996.x).

Concretamente, el estudio confirma que la presencia de niveles elevados de EDC en la leche materna de las mujeres de los países que tienen altas tasas de problemas reproductivos masculinos. Asimismo, la investigación muestra una relación entre los EDC y problemas reproductivos masculinos, incluidas la calidad del semen y las anormalidades genitales congénitas.

En el estudio, los investigadores midieron los niveles de 121 agentes químicos en 68 muestras de leche materna de mujeres de Dinamarca y Finlandia. Dinamarca tiene una tasa alta de problemas reproductivos masculinos y Finlandia una tasa baja, de acuerdo con el estudio. Y como señalan los autores, “nos sorprendió mucho encontrar que los niveles de EDC, incluidas algunas dioxinas, PCB y algunos pesticidas, eran significativamente más altos en Dinamarca que en Finlandia. Así, nuestros hallazgos refuerzan el punto de vista de que la exposición medioambiental a los EDC podría explicar algunas de las diferencias temporales entre países con respecto a la incidencia de trastornos reproductivos en el hombre”.

jueves, 22 de octubre de 2009

Descifrado el Código que controla la Expresión de los Genes

Fuente: http://www.elmundo.es/

§ El estudio muestra diferencias entre las células madre y las adultas
§ Éstas explican por qué se comportan de forma distinta aunque su ADN sea idéntico
§ Conocer estos perfiles es importante para comprender enfermedades como el cáncer

Estructura del ADN. (Robert Guy Instituto Nacional del Cáncer de EEUU)

Actualizado miércoles 14/10/2009 20:02 (CET)


CRISTINA DE MARTOS

MADRID.- Científicos del Instituto Salk (California, Estados Unidos) hacen público en el último número de la revista 'Nature' el primer mapa detallado de las alteraciones epigenéticas del ADN de dos tipos celulares humanos. Se trata de una suerte de superestructura que regula qué genes se expresan y cuáles no. Una información que "servirá de referencia para analizar cómo estos perfiles cambian durante el desarrollo, la enfermedad y en respuesta al ambiente", según han explicado los autores.


Si tomáramos el ADN de una célula y lo estirásemos completamente descubriríamos que, además de medir unos dos metros, es una secuencia de nucleótidos que se nombran con cuatro letras (A, G, C y T), que se corresponden con las iniciales de adenina, guanina, citosina y timina. Se trata pues de una sucesión de 'aes', 'ges', 'ces' y 'tes' cuyo orden concreto determina el significado de ese ADN. Cuando este código sufre un pequeño cambio que altera su mensaje (desaparición de una letra, cambio de una por otra...) hablamos de mutación o variación.


Pero ésta no es la única forma por la que la expresión del ADN varía. Los cambios de la lectura del código que no provocan modificaciones irreversibles en él tienen la misma relevancia. El patrón particular en el que aparecen se denomina epigenoma y cada vez existen más evidencias de su relación con enfermedades como el cáncer o con el envejecimiento.


El problema es que hasta hace poco "estábamos limitados a ver pequeños fragmentos del epigenoma. Ser capaces de estudiarlo en su totalidad nos conducirá a una mejor comprensión de cómo se regula la función del genoma en la salud y en la enfermedad pero también de como la dieta y el ambiente influyen en la expresión génica", ha explicado Joseph Ecker, director del Laboratorio de Análisis Genómico el Instituto Salk (La Jolla, California).


Ahora, él y sus colegas, han logrado analizar el epigenoma de una célula madre embrionaria y de un fibroblasto (adulta) y los han comparado, obteniendo así el primer mapa detallado del epigenoma humano, que aparece en las páginas de 'Nature'.


Lo más relevante de este trabajo es, precisamente, "que se ha llegado a una cobertura muy elevada del epigenoma [94%, según los autores] en líneas celulares de origen humano", ha explicado a elmundo.es Manel Esteller, director del Programa de Investigación en Epigenética y Biología del Cáncer del Instituto Catalán de Oncología (ICO).


El patrón de la inmadurez celular


Los cambios epigenéticos se producen fundamentalmente a través de dos mecanismos. La modificación de las histonas –unas proteínas alrededor de las cuales se pliega el ADN para compactarse- y la metilación. Este último, el que ha analizado el equipo de Ecker, consiste en la adhesión de grupos metilo (un átomo de carbono y tres de hidrógeno) en ciertas partes del genoma que 'silencian' la expresión de los genes.


Los grupos metilo se unen siempre a las citosinas (los nucleótidos representados por la letra C). En las células adultas, el 99,98% de las citosinas metiladas iban seguidas de una guanina. Se denominan sitios mCG y es la forma más común de adhesión de grupos metilo. Sin embargo, cuando analizaron el genoma de las células madre embrionarias, Ecker y sus colegas hallaron muchos millones de metilcitosinas, más que en los fibroblastos, pero un tercio de ellas no se correspondía con el patrón CG.


"La metilación no-CG es un rasgo característico claro de las células madre y se pierde tras la diferenciación", han explicado Ryan Lister y Mattia Pelizzola, coautores del estudio, a elmundo.es. Esta idea fue confirmada cuando los autores secuenciaron el genoma de células iPS –aquellas que son devueltas a un estado de inmadurez similar al de una célula madre-. Entonces, comprobaron como el proceso de 'desdiferenciación' que siguen estas células iba acompañado de la aparición de las mutilaciones no-CG.


"Esto refuerza la idea de que la metilación de ADN es una característica relevante de las células madre", añaden estos investigadores. No sólo la aparición de metilos en sitios no-CG, sino que "existen otras modificaciones importantes del patrón de metilación que pueden ser igualmente importantes para una correcta diferenciación", explican Lister y Pelizzola.


Estos resultados, "que habrá que comprobar en otros experimentos, son importantes porque demuestran que muchas diferencias fenotípicas entre las células inmaduras y las adultas se deben a diferencias en su epigenoma y no en su código genético", subraya Esteller.


Los cambios epigenéticos son importantes porque intervienen en la regulación de la expresión de los genes, cuestión que influye en cómo se comporta una célula, la acción del ambiente sobre ella o en procesos como la formación de tumores y otras enfermedades.

Cuando el Cáncer pasa de la Madre al Feto

Fuente: www.elmundo.es

  • La placenta ejerce una barrera eficaz, por lo que la transmisión es muy rara

Actualizado martes 13/10/2009 08:12 (CET)

CRISTINA G. LUCIO

MADRID.- En los últimos 100 años, la literatura médica había registrado al menos 17 casos de un extraño suceso: la posible transmisión de un cáncer de una madre embarazada a su futuro bebé. Como si de un contagio se tratara, los pequeños desarrollaban exactamente el mismo trastorno que padecía su progenitora. Sin embargo, hasta la fecha, no se había podido demostrar con pruebas fehacientes esta transferencia.


Después de analizar el reciente caso de una joven japonesa (a la que le diagnosticaron una leucemia durante el periodo de gestación) y su pequeña (que desarrolló la enfermedad poco tiempo después de nacer), un equipo de investigadores pudo seguir la pista genética de esta transmisión materno-filial. Su investigación la publican en las páginas de 'Proceedings of the National Academy of Sciences'.

A través de varios análisis, los científicos -dirigidos por Mel Greaves, del Instituto de Investigación sobre el Cáncer (Reino Unido)-, lograron demostrar que las células cancerosas que presentaba el bebé eran idénticas a las su madre y poseían el mismo origen. Un examen realizado a las muestras sanguíneas tomadas al recién nacido tras el parto indicaron que ya presentaba las células malignas en su nacimiento.

Posteriores evaluaciones pusieron de manifiesto que las células malignas del bebé carecían de una región del ADN que permitiría identificarlas como un elemento extraño por parte del sistema inmune del organismo.

"La inmunidad del feto normalmente destruye cualquier célula que no es suya. Éste es uno de los motivos por los que la transmisión del cáncer es excepcional", explica a elmundo.es Ander Urruticoechea, especialista del Instituto Catalán de Oncología (ICO). "En este caso concreto se trata de un tipo de leucemia que el feto no ha podido reconocer y, por eso no lo ha detectado", añade.

Por otro lado, este experto advierte de que "en el caso excepcional de que pase alguna célula cancerígena al feto, éste no tiene por qué desarrollar la enfermedad. Lo que ha ocurrido con la mujer japonesa y su hija es que han pasado muchas células"

La barrera de la placenta

Según sugieren los investigadores, esta mutación genética observada en el bebé podría haber hecho posible que el cáncer traspasara la protección de la placenta y escapara al sistema de alertas de las defensas.

"Lo excepcional de estas transmisiones de un cáncer de la madre al feto testimonian la eficacia de la placenta como barrera", subrayan los autores.

Para Urruticoechea, "además de la inmunidad del feto y de su capacidad para rechazar agentes que no son suyos, la placenta ejerce un tapón muy importante para que no traspase nada. Tiene vasos sanguíneos muy efectivos a la hora de separar células de la madre y del feto", afirma.
De hecho "estos casos son muy extraños. Es algo anecdótico. Nunca se ha visto por ejemplo con un cáncer de mama", dice el especialista del ICO.

Las Ventajas Evolutivas del Sexo en Pareja

Fuente: http://www.elmundo.es/

REPRODUCCIÓN Investigación en la Universidad de Oregón (EEUU)





Un gusano hermafrodita se reproduce consigo mismo. Foto: Revista Nature
  • Las especies que optan por una pareja sexual logran ventajas para sus crías
  • La autofecundación aumenta la probabilidad de mutaciones dañinas
Teresa Guerrero Madrid
Actualizado miércoles 21/10/2009 19:18 horas
Está claro que cuando se trata de seres humanos, hacen falta dos personas para reproducirse. Sin embargo, parece que a las plantas y animales que también pueden autofecundarse les va mejor cuando optan por una pareja sexual.

Una investigación llevada a cabo en la Universidad de Oregon (EEUU) recogida por la revista 'Nature' concluye que los descendientes de las especies que copulan con un compañero tienen más probabilidades de vivir más tiempo que las de aquellas que se autorreproducen.

Tras llevar a cabo más de cien experimentos con gusanos de la especie 'Caenorhadbitis elegans', los científicos descubrieron que la autorreproducción aumenta la probabilidad de que se produzcan mutaciones genéticas dañinas en sus descendientes y reduce su capacidad de adaptación a los cambios que se producen en su entorno.

La autofecundación aumenta
las mutaciones
dañinas en los descendientes y
reduce su capacidad de
adaptación a los cambios de su entorno.

La gran mayoría de los animales y plantas se reproducen manteniendo sexo con otros a pesar de las 'desventajas evolutivas' que, en teoría, tienen respecto a aquellos que mantienen sexo consigo mismos.

El proceso por el que algunos animales y plantas se autofecundan se conoce en el mundo científico como 'selfing' (una abreviación de 'self-fertilizing'). Una cría engendrada de esta forma conserva todos los genes de su progenitor, y cada una es capaz de engendrar una nueva generación de descendientes. Sin embargo, las que tienen dos padres tienen el 50% de los genes de cada uno y algunos descendientes machos son incapaces de reproducirse.

Las poblaciones que se autorreproducen, sin embargo, no tienen que sufrir los problemas que se plantean con algunos machos. Dado que éstos no pueden reproducirse por sí solos, estas especies evitan lo que los biólogos conocen como 'el coste evolutivo de los machos'. Esto les permite aumentar su tamaño el doble que las poblaciones que practican sexo con otros.

Peor adaptación al entorno

Los investigadores del estudio, dirigido por el biólogo Patrick Phillips, analizaron el comportamiento de los gusanos, que normalmente combinan ambas prácticas: mantienen relaciones sexuales consigo mismos y con otros. Estudiaron la evolución de 60 poblaciones distintas durante 50 generaciones bajo diferentes combinaciones de mutaciones, emparejamientos e historial genético.

Descubrieron que las poblaciones que se autofecundan son mucho más susceptibles de acumular mutaciones dañinas y no se adaptaban tan fácil a los cambios de su entorno. Tradicionalmente se pensaba que estas especies eran capaces de eliminar algunas de estas mutaciones pero, según este estudio, amenazan la supervivencia de la especie.

"La incapacidad de las poblaciones que se autofecundan para adaptarse a los cambios de su entorno nos ayuda a entender por qué tienen más probabilidades de extinguirse que las poblaciones que mantienen relaciones sexuales con otros compañeros", explica Levi T. Murran, el principal autor del estudio.

Por su parte, Patrick Phillips considera que, a pesar de que los machos plantean una serie de problemas desde un punto de vista evolutivo los beneficios superan a los inconvenientes. Así se explica que, con alguna excepción, mantener relaciones sexuales con otros sea la forma más natural de reproducirse.

miércoles, 21 de octubre de 2009

Conocer tempranamente el Sexo del Feto en las primeras semanas de embarazo

11/8/2009
El Instituto Bernabeu es el primer centro de la Comunidad Valenciana que detecta el sexo del feto a través de la sangre materna
El análisis del ADN del feto presente en la sangre de la madre es lo que ha permitido que se pueda realizar esta prueba desde la 8ª semana de gestación.

El Instituto Bernabeu, a través de su Compañía de genética, IB BIOTECH, es el primer centro de la Comunidad Valenciana que desde principio de este año realiza una prueba que permite la detección precoz del sexo fetal a través de la sangre de la madre. El análisis de los fragmentos de ADN fetal presentes en el plasma materno permite determinar de forma muy temprana, a partir de la semana 8ª, el sexo del bebé sin necesidad de utilizar técnicas invasivas.

El ADN del bebe, se encuentra libre en el plasma materno en una proporción entre el 3% y el 5% y puede ser purificado y amplificado para detectar regiones específicas de los cromosomas sexuales. Tras la obtención de una muestra de sangre de la madre, se extrae el ADN del feto y se analiza para detectar los marcadores específicos del Cromosoma Y.

Hasta el momento se podía conocer el sexo del feto a partir de la semana 15 de embarazo a través de una ecografía y no siempre se conseguía determinar. El descubrimiento de que en la sangre de la madre hay fragmentos del ADN del feto es lo que ha permitido, con una pequeña muestra de sangre de la madre, conocerlo precozmente. Incluso estamos experimentando un aumento de pacientes que acuden a nosotros para solicitarnos esta prueba, tras haberse realizado varias ecografías en las que el bebé no estaba colocado de modo que permitiera saber su sexo.

Está técnica también se ha desarrollado para el diagnóstico prenatal no invasivo de enfermedades ligadas al cromosoma X o enfermedades genéticas que se heredan vía paterna. La prueba tiene una fiabilidad cercana al 100 %.

Las personas que quieran conocer tempranamente el sexo de su bebé, pueden acudir a cualquiera de las 4 sedes que el Instituto Bernabeu tiene en Alicante y Murcia, o bien a su médico o laboratorio clínico que nos podrá enviar las muestras de sangre refrigerada desde cualquier población de España, siendo un procedimiento habitual y seguro.

Al ser un método no invasivo, no presenta ningún tipo de riesgo para el bebé ni la madre.